martes, 18 de noviembre de 2014

Entretener e interesar (a propósito de Muñecas rusas)

       Gertrude Stein “quiso traducir el cubismo de la pintura abstracta a la literatura” -dice wikipedia- y fue cuando hizo aquello de escribir un libro con “una rosa es una rosa es una rosa es una rosa es una rosa”, en una especie de tautología verbal, dicen los expertos, o lora embarrada de mierda, que se diría en círculos menos especializados pero no menos concomitantes.
       A lo mejor una puede hacer un libro con sólo esa frase, pero yo diría que con el objetivo de poner un único ejemplar en un museo entre las pinturas cubistas, no para mandárselo a un editor para que en serio considere su publicación. Publicarlo implicaría que alguien lo comprase y se sentara a la luz de la lamparita de noche a leer: una rosa es una rosa es una rosa es una rozzzz...
       Un editor escribió así su carta de negativa de publicación a Stein:
Yo soy sólo uno, sólo uno, sólo uno. Sólo un ser, uno a la vez. Ni dos, ni tres, sólo uno. Sólo una vida por vivir, sólo sesenta minutos en una hora. Sólo un par de ojos. Sólo un cerebro. Sólo un ser. Siendo sólo uno, teniendo sólo un par de ojos, teniendo sólo un tiempo, teniendo sólo una vida, no puedo leer su MS tres o cuatro veces. Ni siquiera una vez. Sólo una mirada, sólo una mirada es suficiente. Apenas una copia podría venderse. Apenas una. Apenas una.”
       
       Dicho lo cual, hago primero que nada “mea culpa” por haber permitido que la película experimental Muñecas rusas entrara a concursar y ser exhibida normalmente en el Festival de Cine CR. Sucede que ese film nos puso “en jaque” a los miembros del comité de selección: no es un mal producto, no es novato, no es una porquería, no es resultado de la improvisación, sí es cine, sí es producto de un conocimiento y no de un director advenedizo... Así que rechazarlo era quizás más arriesgado que aceptarlo, porque los que hacemos cine (ese mal cine que entretiene y te mantiene pegado a la pantalla) sabemos que no hay monstruo más temido que el que no se ve.
      Dicho sea en este momento: una cosa es entretener y otra interesar. Entiendo que alguien diga “no hago cine para entretener a nadie”. Ahora bien, nunca oí a nadie decir “me propuse hacer una película que no interesara a nadie”, aunque a veces es lo que parece...
       También estoy de acuerdo en que no se le concediera ningún otro premio (dirección de arte, fotografía...) porque quienes trabajan en esos oficios saben que la calidad de su trabajo se mide por estar al servicio de una trama, de una historia, de algo equis que es lo que hace que querás ver la película de pe a pa. Haber dicho “pero está muy linda la foto”, habría sido muestra de gran ignorancia.
        En cuanto a Jurgen (la madre de la criatura), les voy a hacer una profecía: su gran película va a ser la próxima. Lo digo sin un ápice de ironía: Jurgen hará un peliculón. Van a ver. Nos lo debe.



sábado, 8 de noviembre de 2014

El Respetable son ustedes...

En general yo prefiero dar mi opinión sólo cuando NO me la piden, como saben todos los que me han sacado de su facebook. En este caso haré una excepción y voy a recomendar al Respetable (sí, ustedes, aunque no se lo crean) los siguientes trabajos del Festival de Cine de CR:

-El lugar indeseado (Álvaro Torres Crespo, documental): sólo el título es un verso. Preciosidad de trabajo, contado en el tiempo exacto, no le falta ni le sobra ni un segundo. También encontró el punto exacto entre acercamiento y distancia con los personajes. El paisaje expuesto en su justa medida: nada postalero. Ni drama ni lastimita en su acercamiento al problema.

-Los volátiles (Alexandra Latishev, documental): este documental es tan bueno que uno cree que vio una ficción. Trabajo que desborda humor e inteligencia. Simplemente uno se pregunta cómo contaron con tanta “suerte”, por tener ese personaje y esos acontecimientos: probablemente la mejor pregunta que se puede hacer uno ante un documental.

-Salir a volar (Ana Faerrón, Daniela Martínez, Sarita Bonilla, documental): yo no lloro viendo una película desde E.T. Este documental me sacó las lágrimas... cierto que más de rabia e impotencia que otra cosa. Estructura original y valiente, en dos partes, sin necesidad de dar explicaciones.

-GW 100% tico (Cloves Mendes, documental): Ay, dios: ¿este GW de verdad existió? Quiero decir ¿y no era inmortal? Puede que más que la factura de este trabajo impacte el personajazo. Pero hay que verlo, hay que recordarlo, hay que volverlo a llorar.

-San Francisco en la Chureca (Rossana Lacayo, documental): trabajo minucioso, laborioso, paciente, profundo, emotivo. El corazón se desgarra y se emociona por partes iguales.

Un gran año para el documental, este. En ficción, así a pura memoria emotiva:
-Musgo (Ariel Escalante, cortometraje): una historia de amor, ni más ni menos... o sí, un poco más que menos. Maestría del lenguaje cinematográfico.

-Oleaje (Nicolás Solera, cortometraje): Film redondito, bien hecho, muy bien contado, que mantiene el interés y conmueve.

-El proyeccionista (Nicole Villalobos, corto): un tándem brillante entre Nerina Carmona y Daniel Ulibarri. Cuando se acaba uno queda con ganas. Humor y algo de sordidez... muy bien tratada.

Y por último, para cinéfilos:
-Bella (Maricarmen Merino, corto): para mí, una revelación. Un juego con el tiempo, con la realidad y la ficción, con todo el lenguaje... Un corto hermoso y apabullante. Una sensibilidad fuera de serie.


sábado, 27 de septiembre de 2014

Genitales en peligro

Este texto fue leído en voz alta frente al respetable.

        Quiero empezar hablando por el principio, literalmente, empezar hablando del libro bíblico del Génesis. En general –confieso– me resulta inverosímil o más exactamente, increíble. No me lo creo, tiendo más a creerme eso de que venimos de los monos… y de las monas.
        Sin embargo, igualmente les confieso que hay una parte del Génesis que no sólo me resulta verosímil sino que me explica mucho de lo que ha pasado después con la literatura. El fragmento en cuestión que me resulta más que creíble es uno que dice que Adán fue el que les puso nombre a todas las cosas. La Biblia dice: “Y el Señor Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera”. Y esto yo… como que sí me lo creo. No sólo no me extraña sino que es como si lo viera: veo a Adán saliendo a hacer una excursión por el Edén y ¿a qué sale? A ponerles nombre a las cosas, a etiquetarlo todo: árbol, río, piedra…
        Dice la Biblia que Dios dijo: No es bueno que el hombre esté solo. Yo creo que Dios dijo que no era bueno por no decir que era aburridíiiisimo. No que se aburriera Adán por ser hombre solo (él estaba muy entretenido en lo suyo, en el etiquetado y catalogación del mundo), yo creo que se aburría Dios, que no es hombre ni mujer, que no tiene sexo (¡y no digo que por eso se aburriera!). Pero se aburría.
        Total: Dios crea a Eva, como sabemos. A mí esto de que Eva fuera creada en segundo lugar me parece relevante y revelador. Adán es la creación y Eva es la recreación. Adán puso los nombres, Eva a lo mejor puso los verbos, Adán dio sentido, Eva vio el sinsentido.
        Se dice que Dios creó a Eva de una costilla de Adán. Según leí una vez, esto responde a un simple un error de traducción. La palabra que Lutero tradujo por “costilla” se parece más a la palabra hebrea “costado”, familia en ese idioma de la palabra Sombra.
       Así que tal vez la Biblia venía a decir que Dios creó a la mujer de la Sombra de Adán. Y esto sí que me lo creo yo. La Sombra entendida como la falta, la carencia, el Lado Oscuro del hombre. Eva habría surgido de las sombras de Adán, de las zonas en que el hombre no puede –o no quiere– echar luz.
        Y va Eva y sale al maravilloso Edén ¿y qué se encuentra? Un mundo que ya está etiquetado y catalogado… Y como se pudo ver poco después: no muy abierto a las aventuras, a los retruécanos, ni ironías ni dobles sentidos.
                                                            *
        Siento yo que son los Adanes del mundo los que han escrito y definido lo que es Literatura y lo que no; lo que es literatura buena o mala; literatura “menor” o Gran Literatura o Literatura con Mayúsculas, como a muchos les gusta decir, me parece a mí que como emocionados… casi diría erotizados…
        Cuando ellos dicen Gran Literatura suelen referirse a obras comparables con grandes obras de ingeniería, que tanto les gustan a los hombres; hablan de una novela y parece que estuvieran hablando de un Boeing grande y poderoso, de un cohete que se lanza al espacio; y tiene que tener estructura, motor, fuerza; y todas las piezas tienen que encajar, dicen, con perfección de relojero, y más vale que no sobre ni le falte ninguna ¡y mucho menos que le falte un tornillo!
       Considerada así, una Gran Obra Literaria no se podría comparar con los simples lirios del campo…
                                                         *
         Para que una mujer destaque en un mundo de hombres tiene que ser muy inteligente y le cuesta el doble de esfuerzo… ¿Ustedes han escuchado a alguien decir eso? Seguro que sí. ¡Yo lo he escuchado tantas veces! Pero hagan memoria: esta es una frase que dicen a veces algunas mujeres. Yo nunca se la he escuchado a un hombre. “Para que una mujer destaque en un mundo de hombres tiene que ser muy inteligente y le cuesta el doble de esfuerzo”… En boca de un hombre esta frase sería misógina. Y en boca de una mujer… también lo es.
       Pues sí, debe de ser difícil y agotador, escribir libros con las palabras que acuñó Adán, doblegarse constantemente a una forma –y seguro también un fondo– que no es propio de una o de uno… Triunfar en un mundo de machos les cuesta mucho incluso a algunos hombres.
        Espero que se entienda que no estoy hablando de cromosomas, de lo que por fuera llamamos hombre/mujer. Estoy hablando de lóbulo izquierdo y lóbulo derecho del cerebro, de polaridades, de yin y yang.
         Estoy hablando de visión viril “versus” visión femenina del mundo. De polos opuestos: de la mirada hacia afuera, que busca la grandiosidad, la expansión y la apariencia versus la introspección y la esencia, lo pequeño, lo breve.
         Augusto Monterroso decía que él quizás hubiera podido escribir grandes novelas, pero que le gustaba demasiado echarse en el campo panza arriba a mirar las formas de las nubes…
         Ustedes dirán con razón: pero Monterroso sí era considerado buen escritor en este mundo de Adanes. Bueno, sepan que yo he oído gente referirse a él como a un escritor “menor” (no puedo evitar meter esto siempre entre comillas).
        Yo, como escritora –¡y además zurda!–, sí me siento lidiando en un campo de hombres, de Adanes, de lóbulos izquierdos dictatoriales y furibundos…
                                                         *
       Quiero contar una anécdota personal, íntima. Hará una década me dejó un novio. Cómo sufrí, ¡qué risa!, iba llorando por todas las esquinas. El caso es que una noche, entre tirarme por la ventana y escribirle una carta, opté por la carta. Creo que nunca en mi vida había escrito así: con el corazón palpitando en la palma de la mano. Le di “enviar” y al día siguiente él me respondió. ¿Saben qué decía su email? “¡Qué bien escribes!”. Eso me respondió.
           … Era para replantearse por la opción de tirarse por la ventana, ¿no?

          ¿Por qué escribe una? ¿De qué escribe una? ¿Para qué?
           “La palabra le ha sido dada al hombre para ocultar su pensamiento”, dijo creo que Voltaire, no estoy segura. Pero un francés, de fijo. Hoy día por aquello de la igualdad habría que decir: la palabra le ha sido dada al hombre –y a la mujer– para ocultar su pensamiento.
        Pero no. Es más cierto para los hombres, creo yo. Escriben para ocultarse. Les parece de mal gusto eso de escribir para mostrarse. Y es verdad que, algunas mujeres, tal vez para encajar en un mundo de Adanes, escriben para ocultar lo que piensan… y lo que sienten.
         A raíz de mi novela Marzo todopoderoso, un hombre de la vieja guardia (un hombre, ya saben), me dijo: La felicito como escritora y la compadezco como mujer.
         Habrá visto peligrar sus genitales, y con toda la razón.


Ponencia "Literatura y Feminismo" en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, México
(Tócate los cojones)